sábado, 8 de noviembre de 2014

COSAS QUE HAN CAMBIADO DESDE QUE TRABAJO CARA AL PÚBLICO

Llevo 18 meses trabajando de cara al público, concretamente en la Oficina de Atención al Cliente del metro de mi ciudad. A mis 28 años es mi primer trabajo estable y en condiciones (quiero decir que no me siento explotada, cotizo en la seguridad social, y todo está hecho por la vía legal). Me gusta currar, soy una persona activa  que desde bien jovencita me ha gustado buscarme la vida para costearme mis gastos sin tener que depender de mis padres. Mi trabajo no me disgusta, es cómodo, hay muy buen ambiente y unos compañeros fantásticos, algunos incluso se han convertido en amigos, el sueldo no está mal y me aporta estabilidad. Peeeero tampoco es la panacea ni mucho menos, el trabajo de mi vida (razón por la cual me encuentro preparando oposiciones, de ello hablaré en otro momento): La oficina abre todos los días del año, lo que implica que trabaje a turnos rotativos, 9 horas y a turno partido, y a veces no hay trabajo administrativo que hacer o usuarios a los que atender y siento que pierdo el tiempo. (Esto me ocurre sobre todo cuando me toca trabajar en fin de semana). Es un coñazo porque el día que te toca trabajar es lo único que hago en el día, y no puedo compaginarlo por ejemplo con acudir a clases de idiomas, o a una academia a clases presenciales para las oposiciones porque con las super jornadas y los super turnos, no hay mucha flexibilidad. Que sí, que mi jefa dice que hay academias que cierran a las 10 de la noche si quiero seguir estudiando inglés para perfeccionar, pero sinceramente, después de 9 horas de trabajo y de aguantar a gente, no tengo yo la cabeza como para meterme en una clase y concentrarme.

Soy una persona extrovertida que me gusta tratar con la gente y relacionarme, por lo que todos pensaron (yo misma incluída), que este era un trabajo perfecto para mí. Ahora bien, nada más lejos de la realidad, en estos 18 meses mi vida ha cambiado y MUCHO:
- No contesto al teléfono de casa ni de casualidad, (el 99% de las veces sé que no es para mí). Con 9 horas al día, es suficiente como para no llevar la cuenta de las veces que tengo que recoger a mi pobre oreja del suelo.
- Llego a casa con agujetas en la lengua y la mandíbula de hablar y repetir lo mismo (no es coña).
- NUNCA jamás he vuelto a entrar al Mercadona ni a Zara ni a ningún establecimiento si estaban a 15 minutos de cerrar o menos. Eso jode, y MUCHO.
- Le hecho unas broncas de aúpa a mi señora madre cuando le cuenta su vida y obras a la pobre dependienta de El Corte Inglés, o peor, cuando está INDECISA.
- Al principio era sumisa y tragaba y callaba ante comentarios y gente maleducada. Ahora me cuesta más trabajo e intento ser diplomática, cuando estoy MUY harta, dejo al lado la diplomacia y no me callo porque no me da la gana.
- He desarrollado cierta alergia al ordenador, poco a poco parece que va mejorando.
Ahora os voy a dar algunos CONSEJOS para ser el cliente ideal:
-Bajo ningún concepto le cuentes tu vida a la persona que te está atendiendo, te aseguro que no le interesa. Sé escueta y rápida, te lo agradecerá mucho.
-Dile a tu abuela y a los mayores de tu alrededor que los teléfonos de atención al cliente NO SON sinónimos del teléfono de la esperanza. Atendemos al cliente sí, pero no si es una chorrada o el usuario entra en bucle y quiere una cosa que no existe.
-No preguntes en una estación de metro si hay baño, aunque a veces lo parezca, el metro no es un centro comercial, ni una estación de recreo, ni mucho menos se puede comparar con Renfe o un aeropuerto.
-Evita entrar justo antes de que cierren. Si lo haces, EVITA a toda costa expresiones como: “uy… menos mal, por dos minutos estoy a tiempo”, los instintos asesinos son directamente proporcionales a la cantidad de comentarios.
-Si entras a un establecimiento un fin de semana o festivo, por favor NO le restriegues tu día libre al que está al otro lado del mostrador. Tampoco ayudan preguntas como: Ah, por la tarde también abrís? Pobres¡¡ (No señora, noooooo¡¡¡ Váyase con su pena a otra parte, que NO ayudaaa¡¡¡¡).
-Padres con hijos, por favor estad pendientes de vuestros churumbeles y evitad a toda costa que corran o chillen, un establecimiento público NO es Port Aventura. Sobre todo porque cuando ocurre un incidente, que ocurren todos los días, la culpa suele ser nuestra, por tener el suelo demasiado limpio y encerado, una columna ahí en medio que estorbe, o escaleras anti- niños. Señores por favor, amarren a sus retoños y váyanse con diligencia.
-La última, y no menos importante, si pregunta una información, por favor escuche atentamente lo que se le está respondiendo.


Buen sábado, yo me voy a ocuparlo en ocio :)

1 comentario:

  1. Jajaja yo también soy muy respetuosa con los horarios de cierre de los comercios. Hay gente que lleva allí desde por la mañana y si no se te ocurrió entrar antes, hacerlo un cuarto de hora previo al fin de la jornada laboral es hacer la puñeta.

    26+0

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