lunes, 13 de noviembre de 2017

LA VIDA ES INJUSTA

Llevo unos días bastante pensativa. Miro a mi alrededor y no puedo más que ver TODO lo bueno que tengo: trabajo estable, amigos y compañeros que me aprecian, mi casa recién estrenada, una familia que me quiere y me apoya, y salud no sólo yo sino también mis allegados.

Comer en el trabajo no sólo hace que crees vínculos con tus compañeros de trabajo, esos que son de tu equipo y con los que estás codo con codo. También los creas con otra gente que aunque no trabajan contigo el simple hecho de coincidir cada día en el baño, al entrar, al salir o en el comedor, de alguna manera también se hacen amistades y crean relaciones peculiares pero bonitas.

Cuando llegamos nuevos el año pasado conocimos a M una chica de 42 años y madre de 2 hijos a la que apodamos la buenro, entre mis compis y yo, solamente por el buen rollo que daba sentarse a su lado. Con el pelo en una melena corta rizada a lo afro y en color caoba, M siempre sabía cómo dominarla. Vestía muy moderna y con colores muy llamativos y solía llevar grandes pendientes adornando. Pero lo que más adornaba era SU sonrisa. En el rato de la comida pronto nos dimos cuenta de que M era especial: siempre positiva, siempre de rollo, siempre adelante, todo iría bien... Incluso nos contó que hace años pasó por un cáncer de mama... y un buen día M dejó de venir a trabajar.

En la época en que estuve haciendo tardes allá por marzo, una tarde vi a una chica que me sonaba mucho pero no terminaba de saber quién era... hasta que me di cuenta.... Era M que de nuevo debía enfrentarse a la enfermedad que ya una vez venció Y por eso no la reconocí... Estaba bastante deteriorada por los tratamientos pero llevaba un gorrito de lana con flores que sólo M podría llevar y por eso la reconocí. Hace cosa de un mes M estuvo por allí a llevar papeles, iba muy maquillada aún con pañuelo, y si la primera vez me costó reconocerla ahora no os cuento...

Dudé si levantarme a saludarla... quizás no me recuerde... y qué le digo? Quizás le moleste... tal vez no es ella... Pero al pasar por mi lado fue como si algo me pinchara en el culo y me levanté. Le di dos besos y le pregunté qué tal estaba... me dijo que ahí iba, que había tenido tratamiento tras tratamiento pero que ahora habían parado y que se estaba recuperando de todo lo que le habían hecho, que ella lo único que le había dicho a los médicos es que no importaba lo que hubiera que hacer ni cuántos tratamientos probar, pero que tenían que curarla. No recuerdo en qué momento le cogí las manos y de las apreté fuerte para infundirle toda mi fuerza... Claro que era M, era la misma M fuerte y positiva y sonreía Igual, sólo que más cansada. Me despedí de ella deseándole que todo fuese genial y que pronto la tuviéramos de nuevo por allí , y ella me contestó que creía que muy pronto los médicos la dejarían volver.

Hace cuestión de diez días nos enteramos de que M estaba ingresada y tristemente ya no saldrá del hospital, pudo superar un cáncer de mama pero todos sabemos que una metástasis en el cerebro era muchísimo más complicada. Si a mí no se me va de la cabeza, cómo estarán su marido, sus hijos aún tan pequeños para vivir algo tan duro, su familia... ¿Y ella? Estaba preparada para esto? No lo creo, cuando alguien es tan luchador nunca quiere rendirse, pero por otro lado muchos nos hemos planteado si verdaderamente M no fue a despedirse de todos nosotros y a darnos un ejemplo más de fuerza, entereza y valentía...

El mundo necesita más personas como M luchadoras y dispuestas a seguir sin importar el cansancio porque rendirse NO es una opción. El 8 de noviembre hizo un año que mi padre entró a quirófano por primera vez, y el 21 hará un año también que supimos el mazazo del diagnóstico. Cuando vi a M la última vez, me acordé de que hacía pocas semanas habíamos sabido que mi padre estaba limpio y creo que eso fue lo que me empujó a levantarme: merecía que le diera todas mis fuerzas por la lección que sin ella saberlo me había dado en cada almuerzo.

Y aunque ni M ni nadie de su entorno vaya a leer estas palabras, he sentido la necesidad de plasmar con palabras la rabia que siento ahora esperando el injusto final de alguien que en tan pocos momentos me dio tanto y tan bueno.

14 comentarios:

  1. Uffff, este año yo he vivido algo así en una persona muy cercana, es que no puedo ni hablar.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Ay, me has dejado con mal cuerpo. La verdad es que da mucha impotencia y mucha pena cuando se leen historias así. Hay gente que nos enseña mucho en esta vida. Un besote!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya lo sé... El mismo mal cuerpo se nos ha quedado a todos al saberlo.

      Un besito

      Eliminar
  3. Madre mía... yo he vivido alguna situación así lamentablemente y son cosas que no deberían de pasar jamás.

    Un besazo reina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que no, es totalmente contranatura.

      Un besito

      Eliminar
  4. Por Dios que pena...
    Es tan injusto como dices. Me recuerda a la tía de una amiga, superó varios cánceres en varias zonas de su piel, siempre alegre, siempre positiva, hasta que tuvo una metástasis por medio cuerpo que se la acabó llevando sin llegar a los 50 y con casi media vida con cánceres.
    :(
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una completa pena porque respiraba vitalidad y positividad en todos los poros de su piel... y aún sigue luchando a pesar de todo.

      Un besito

      Eliminar
  5. No sé si recordarás cómo acabó la historia de mi amiga Anita (lo conté en el blog). Presiento que la de M no va a ser muy distinta. Hiciste muy bien saludándola y dándole ánimo, esto tiene que ser hasta el final. Es la única forma de una quedarse tranquila.
    Mucho ánimo y muchos besos, Clara.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí la recuerdo y es muy triste que se vaya gente tan buena y con tantas cosas por hacer... El consuelo que me queda es justo ese, que me despedí de ella.

      Un besito y gracias Chelo

      Eliminar
  6. Que rabia, de verdad.
    No se como con todos los avances que tenemos aún no hemos encontrado remedio para esta enfermedad que se está cobrando tantas vidas jóvenes. Mucho animo.

    Besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que sí, que cada año se lleva miles de vidas y es una pena. No pierdo la esperanza de que en algún momento haya una cura total. Avanzar se avanza porque ya hay varios tipos de cáncer con alto porcentaje de cura, pero sí es cierto que aún queda bastante lucha.

      Un besito Lola

      Eliminar