MILAGROS DE LA CIENCIA

Últimamente he notado que está la cosa por la blogosfera bastante baja de ánimos (no digo que por falta de motivos), por ello, hoy me apetecía escribir una entrada que os pintara una leve sonrisa en vuestros rostros , o que  os ayudara a ver el vaso medio lleno. ¿Cómo? A través de milagros de la ciencia que me he ido encontrando por ahí.

1. Una mujer sin óvulos ni trompas de falopio da a luz gemelas:

Hayley Haynes, creció sin saber que había nacido sin órganos reproductores. A los 19 años fue al médico ante la ausencia de la primera menstruación y tras numerosas pruebas médicas, le dijeron que jamás podría tener hijos puesto que había nacido sin ovarios, útero, ni trompas de falopio. Esto se debía según los médicos, a que había nacido con cromosomas XY, por lo que genéticamente, era un hombre, lo que se conoce en medicina como "síndrome de insensibilidad a los andrógenos". Nueve años después, esta mujer ha dado a luz gemelas. En 2007 un especialista del hospital Royal Derby, encontró una pequeña matriz que había pasado desapercibida en pruebas y reconocimientos anteriores, y le dijo a Hayley que con una dosis adecuada de progesterona y estrógenos, su útero podría crecer,  aunque tendría que someterse a un tratamiento de fertilidad. En 2011 su útero estaba listo, y tiempo después y tras costear el tratamiento, se sometió a una FIV que dio positivo a la primera. Nueve meses después se producía esta foto cuando vinieron al mundo Avery y Darcey.

2. El bebé que nació dos veces:

A Macie Mc Cartney le detectaron un tumor no canceroso cuando estaba en el vientre de su madre, a pesar de todo debían estirparlo pues crecía "robándole" sangre al cuerpo del bebé. Llevaba seis meses de gestación cuando la operaron sacándola casi por completo del útero de su madre en el Texas Children´s Hospital. La operación fue todo un éxito, y nació diez semanas más tarde por cesárea.

3. Reconstruyen la pierna de un soldado con hormona de cerdo.

Isaías Hernández de 19 años estaba junto a su batallón en Afganistán cuando explotó un mortero enemigo a principios de 2010. Sufrió serias lesiones en manos y piernas, sobretodo en su pierna derecha que quedó prácticamente destruída y la única opción parecía ser la amputación. Pero médicos del instituto McGowan de Medicina Regenerativa de la Universidad de Pittburgh le ofrecieron un tratamiento experimental que el soldado no rechazó: trabajaron arduamente en su pierna, implantando en lo que quedaba de músculo un cóctel de proteínas y hormonas de crecimiento derivados de vesícula biliar de cerdo. La inyección de hormonas llamada "matriz extracelular protéica"impulsó la regeneración del tejido muscular. es decir, reconstruyó el tejido perdido incluso hasta los tendones de su pierna. Gracias al tratamiento, que supone una esperanza para los soldados que sufren la amputación de alguno de sus miembros en combate, Isaías Hernández ha vuelto a caminar.

4. Trasplante facial

Connie Culp fue disparada en el año 2004 por una escopeta, tras un intento de asesinato por parte de su marido. A pesar de sobrevivir al ataque, la bala atravesó la nariz, parte de la mandíbula, los labios y los párpados. Tras veinte operaciones previas, el 10 de diciembre de 2008 en la Clínica de Cleveland de Ohio, se le realizó un trasplante del 80% de su rostro, que incluía: nariz, párpados inferiores, músculos, piel, arterias, estructuras óseas, venas y nervios. la operación duró 22 horas y aunque como podéis ver fue un completo éxito, Connie como cualquier trasplantada, debe tomar medicación para evitar que su cuerpo rechace el trasplante.

Son casos asombrosos y con final feliz que nos hacen comprobar que siempre hay esperanza, o al menos que nunca debemos perderla, que a veces la vida nos da un duro revés cerrándonos una puerta pero con el tiempo se nos abren ventanas dando paso al "aire fresco", y que debemos seguir confiando a pesar de los pesares en la ciencia y en la medicina, porque a veces se obran verdaderas maravillas.

Mucho ánimo y fuerza a aquellas que hoy me leéis y estáis sintiendo que estas palabras de aliento van para vosotras. Sí, lo van, y espero que sean efectivas. Si me necesitáis, ya sabéis donde estoy. Un abrazo gigante.